miércoles, 30 de marzo de 2011

...esto nunca cambiará, y por mucho que me demuestres lo que puedes llegar a hacer, no creere del todo lo que haces, lo siento, soy demasiado lógica para convertir lo que deberia ser una historia en realidad. Y aunque no lo quiera, al final todo me parecera irreal, incluso yo. No albergo a alcanzar, ninguna solucion factible para atacar este odioso pensamiento, pero igualmente, necesitare seguir estar a tu lado. Quizas, demasiado logica no sea la frase adecuada, sino demasiado cobarde, para afrontar el peligro tan facilmente.


Te quiero.


Arrugé la pagina, no tenia intencion de dársela, pero en el último momento, la estiré lo máximo que pude, y la deje caer sobre mi asiento a la vez que me levantaba del coche. Pude oir el leve estruendo que se produjo al chocar con la tapiceria, y me estremeci por ello. Sabia que a partir de ahora, todo iba a cambiar...

capítulo 12


-Perdóname, pero necesito un tiempo para acostumbrarme. Susurré en apenas imperceptibles palabras.

-Lo entiendo- Respondió.

Y así, comenzamos a caminar, ahora más lentamente, hacia el coche...


***

Una vez de vuelta, me sentía extraña, tan sola... ahora, que él, me había confesado su mayor secreto, no parecía tan misterioso. Acaricié el collar en forma de espiral que me había regalado.

Era frío y suave, pero ya, no se encontraba tan escalofriantemente helado, parecía que cuanto más me adentraba en su vida mayor era el calor, que adquiría aquel objeto.

-¿Qué piensas?-Preguntó de repente.

-Nada, únicamente vagaba en el limbo. (mentí)

-Te...

-¿Quiero?

-...no amo.

Rió, y me acarició el pelo, suave y liso, con sus manos delicadas y pálidas. Me hacía sentirme tan bien cuando me dedicaba parte de su tiempo, le esperaba durante todo el día, y se clavaban los segundos en mi estómago cuando no le veía.

Aunque de todos modos, esta tarde, me había desconcertado.

Esto, no era un libro de ficción, era la pura realidad, donde la lógica se acumulaba indiscutiblemente y ninguna partícula de lo sobrenatural, era algo fácil de comprender. No acertaba a imaginar como esto podía estar pasando, pero declaraba a Josh culpable de ser la ráfaga de aire, que se colaba en mi interior y aun sin calcular cuanto de esto podría ser cierto, agarré mi antiguo diario, y arranqué de el una envejecida hoja. Para poder escribir sobre ella unas cuantas palabras destinadas a lo que nunca le podría dedicar a la cara; lo sabía... demasiado cobarde.


Josh,

tengo la extraña sensación de que...

Capítulo 11.



... Y seguimos andando por aquel inmenso bosque. No sabía si llorar, tirarme al suelo o simplemente seguir caminando. Josh me tiraba con fuerza del brazo y andaba a mucha velocidad. Cuando menos me lo esperaba, el chico del cual estaba enamorada, paró, se dio la vuelta y se acercó mi, mirándome fijamente a los ojos.
-Lo que te voy a decir puede que te impresione... O simplemente te asustes...-dijo él, con un tono de voz nervioso, pero dulce a la vez.
-Suéltalo ya.- le dije, muy enfadada.
-Tu hermana... Está saliendo con alguien, ¿verdad?
-Creo que sí, pero no conozco al chico, ¿por qué?
-Ni quiero que lo conozcas. No sé por donde empezar...-carraspeó varias veces con la garganta y comenzó a hablar- Puede que pienses que estoy loco, pero cuando acabe de contarte esto, espero que me comprendas. Mi familia, y la familia de mis mejores amigos no somos como las personas corrientes. Somos diferentes. Como decirlo... Somos como superhéroes...
-¿Cómo superhéroes? -dije, confusa.
-Sí. Podemos hacer cosas que la gente normal no puede. Yo controlo la naturaleza, mi amigo Kevin controla el universo y mi otro amigos Albert controla los objetos. Te cuento esto porque el novio de tu hermana pertenece al otro bando... Digamos al bando de los malos. Son también tres personas, con sus respectivas familias, y controlan la magia oscura. No quiero que te acerques a ellos, porque son malos, y harán todo lo posible para destruirme a mí y a mis amigos.
No supe que hacer cuando acabó su relato, solo le agarré con fuerza de la mano y la acerqué a mi corazón.
-No quiero que te pase nada. Solo quiero que estés conmigo- murmuré, con lágrimas en los ojos.
-Estaré contigo... -y así, Josh se acercó a mis temblorosos labios y me besó muy dulcemente, sin importar la lluvia, el dolor de mis pies ni el de mis brazos. Ahora, solo me importaba él...

lunes, 7 de marzo de 2011

...Y mientras el casa de Claire...


Missi, deambulaba por las habitaciones, misterioso y grácil.

Caminando lentamente, y maullando sin cesar en busca de algo que comer. Al parecer Joanna no pensaba moverse del sofá para alimentarlo. Seguía como siempre masticando un chicle de fresa y mirando, sin prestar atención la televisión Sony, que aun disponía de lector de VHS.

En aquel momento sonó el timbre, alguien esperaba tras el umbral de la puerta.

-Hija es para ti-gritó su madre desde la otra punta de la casa-es Lucas.

Joanna, salió corriendo, y su aspecto de aburrida termino por desaparecer en cuanto vio el rostro de aquel chico.

-Sígume, te voy a llevar a "mi mundo".

-Con tigo a donde quieras.

Y las dos desaparecieron de allí dejando atrás un cúmulo de extrañas sensaciones.



jueves, 20 de enero de 2011

Captulo 10


...el paisaje se reflejaba perfectamente en ellas y aunque estaba ansiosa por llegar al destino intenté relajarme.

Lo miré, seguramente no se dio cuenta, pero analicé cada uno de sus gestos, primero giró hacia la derecha, seguramente intentaba desviar la mirada de mi rostro mientras estaba en la carretera, luego hizo un vano intento de sonreír. Algo había pasado, su cara había cambiado hace milésimas de segundo, ya no estaba tan feliz como antes.
El coche frenó en seco, abrió la puerta, y me arranco bruscamente del asiento del copiloto.
-Josh ¿Qué pasa?- grite desaforadamente.
-Calla.
Me cogió del brazo y me guió campo a traves, el día se había nublado, y al parecer, su personalidad también. Unas gotas comenzaron a descender por mis mejillas. Únicamente era lluvia, pero podrían haber sido perfectamente lágrimas. Ahora, me sentía rota, como si él no fuera verdaderamente aquel chico de que estaba enamorada, como si ni siquiera confiara en mi. Simplemente un extraño al que estaba atada como una marioneta estropeada.
Frené, ¿Para que correr sin motivo aparente? ¿Qué importaba?
Me miro a través de las gafas, no parecía él, pero en el fondo, un grito de socorro pedía ayuda. Decidí continuar caminando, aunque de este modo, no seguiría por mucho tiempo.
Las hierbas punzantes, perforaban en nuestros tobillos, la tormenta, incrementaba por minutos, y el coche se encontraba ya a metros de distancia...